agosto 2, 2022
remesas y municipios la red salvadora
Remesas y municipios: la red salvadora

Destacan los casos de Huajuapan de León, en Oaxaca, con una relación de ¡2 mil 584%!

por Tonatiuh Guillén López CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– En materia de las remesas familiares que cotidianamente recibe nuestro país, el Banco de México dispone de un sistema estadístico de gran calidad que posibilita hacer balances como el que presentamos ahora, elaborado con base en la perspectiva municipal y considerando los datos del año 2021. El año pasado culminó con la increíble cantidad de 51.6 mil millones de dólares en remesas, que vistas espacialmente extendieron su positivo impacto a todos los rincones del país. Como es reconocido, las remesas son excepcionalmente importantes para la estabilidad de la economía de México y para el consumo de millones de familias que directa o indirectamente se benefician. Además, como podrá apreciarse enseguida, son fundamentales para las economías locales y para el bienestar de las poblaciones municipales. A pesar de los crecientes desequilibrios económicos, sociales y de desigualdad existentes en México, el más poderoso factor nacional y local que posibilita un marco de estabilidad son las remesas familiares. Por este motivo, se han consolidado como nuestra más importante red de protección social, de mucho mayor escala que cualquier programa gubernamental.
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Para comenzar, prácticamente todos los municipios del país reciben alguna cantidad enviada desde el extranjero –casi en su totalidad desde Estados Unidos–, así sea en cifras mínimas. Existe un conjunto reducido de municipalidades, alrededor de 50, que concentran una parte significativa de las transferencias abarcando 30% del total nacional. Revisemos algunos ejemplos de este grupo de municipios, receptores principales, incluyendo como parámetro de referencia los presupuestos de los gobiernos municipales respectivos. El municipio que sobresale como primer receptor es Tijuana, con 732 millones de dólares en el año 2021, que equivalen a 14.6 mil millones de pesos. Se trata de una cantidad enorme de recursos que son transferidos a las familias locales. Del otro lado, el presupuesto municipal de Tijuana en el mismo año fue de 8.6 mil millones de pesos. Es decir, las remesas son mucho más importantes: 170% superiores al presupuesto municipal, lo cual es un notable dato para considerar. Desde la perspectiva de las familias, lo anterior significa que lo aportado por las remesas es muy superior a lo aportado por los recursos municipales para el beneficio del entorno inmediato. Incluso si la totalidad del gasto municipal se transfiriera directamente al bienestar familiar, las remesas seguirían siendo fundamentales. Pero como sabemos, el gasto municipal es un gigantesco embudo en donde entran millonarios recursos por la parte ancha y, del otro lado, “salen” bienes, servicios y obras muy, muy diluidos por la parte estrecha. No es un secreto que las actuales administraciones municipales consumen para sí mismas la mayor proporción de su presupuesto, por lo cual las remesas destacan todavía más como fuente esencial para el bienestar familiar, el consumo y para la economía local. En el mismo año 2021 el segundo municipio con más remesas fue Guadalajara, con 638 millones de dólares, que en pesos equivalen a 140% del presupuesto municipal. Sin duda, puede hacerse un balance similar a lo comentado sobre Tijuana: las remesas son más que esenciales para la dinámica social y económica local, sobre todo si incluimos el “demérito” que el presupuesto municipal experimenta debido a las pesadas administraciones y sus burocracias. El tercer receptor más importante de remesas es la alcaldía Álvaro Obregón, en la CDMX. En este caso, las remesas equivalen a 390% de su presupuesto. El siguiente municipio en importancia es Morelia, siendo aquí las remesas equivalentes a 484% del presupuesto municipal. En esta escala, como puede inferirse, para la vida local el gasto municipal puede considerarse una aportación menor para el bienestar social, en comparación con las remesas. Ahora bien, dentro de los 50 principales municipios receptores existe un grupo cuya proporción entre remesas y presupuesto municipal es abrumadora. Destacan los casos de Huajuapan de León, en Oaxaca, con una relación de ¡2 mil 584%! También está el caso de Puruándiro, Michoacán, con una relación de ¡mil 400%! De igual modo resaltan los municipios de San Luis de la Paz en Guanajuato, y Río Verde en San Luis Potosí, con porcentajes superiores a mil 300%. En estas situaciones, dicho con franqueza, el presupuesto municipal es prácticamente inexistente como factor para la vida social y económica. Las remesas son con mucho el factor determinante para el conjunto de la dinámica local. Ejemplos adicionales de esta relación entre remesas y presupuestos municipales pudieran extenderse más. La conclusión sería igual, en esencia. Para la perspectiva familiar y vida local, las remesas enviadas desde el extranjero son cuantitativamente muy superiores al deteriorado y deformado gasto municipal y, casi con seguridad, superiores también al gasto federal o de los estados que son transferidos –con su respectivo “demérito”– hacia municipios y comunidades. Es probable que cuanto menores sean los municipios en población, cuanto más importantes proporcionalmente son las remesas, que en estas condiciones asumen un rol más extenso y decisivo que el ­bienestar familiar individual: se convierten en base del bienestar social y económico de comunidades y sociedades municipales enteras; además, por esta ruta, del país en su conjunto. Puede valorarse entonces que la distribución municipal de las remesas constituye una fortísima red de protección que explica una parte relevante de la vida comunitaria, de las economías y comercios locales, y en sentido amplio de la reproducción de las sociedades locales. Han sido decisivas en tiempos recientes como contrapartes a la recesión económica, al deterioro de los ingresos familiares e incluso como generosa compensación ante la crisis de salud provocada por la pandemia de covid. Son una literal red de salvación, un poderoso piso de estabilidad, mucho más crucial que cualquier programa gubernamental. En suma, si las crisis de México no son peores, las remesas tienen muy buena parte del crédito. Fuente: Proceso